sábado, 11 de febrero de 2012

Ben Tre, y sus dulces de coco. (2ª parte)

Nuestra primera parada de la excursión fluvial que habíamos emprendido por los entresijos del Mekong, fue en una fábrica de dulces de coco, en la ciudad de Ben Tre.

Máquina para masa de dulce de coco.



En Ben Tre, los dulces de coco, son conocidos con el nombre de Keo dua, que es el producto típico y por el que se identifica a esta ciudad del Delta de Mekong.



Licor de serpientes.















Observamos a muchas personas con minusvalías varias, trabajando en la elaboración de estos dulces, aunque, como siempre, las explicaciones y demostraciones pertinentes son una mera excusa para intentar venderlos a los turistas.




Nosotros compramos unas tortas de banana seca, que nos sirvieron por un tiempo durante las interminables horas de autobús, como un sabroso tentempié, y que nos recordaban en alguna medida, a los sabores de los dulces y postres de nuestra infancia.


Lo que nos pareció más simpático, fue la máquina para moler y rayar el coco, que no era muy selectiva que digamos, a la hora de separar el producto de los muchos "bichitos alados" que en ella caían atrapados, y que emplean para hacer una mezcla con un 20% de azúcar y un 30% de agua, hirviendola a fuego lento, produciendo la pasta que usan como base para esos dulces.
  
Allí también, degustamos algunos de los licores típicos de la zona, un poco exóticos, por llamarlos de alguna manera, que a nosotros no nos resultaron lo suficientemente deliciosos como para justificar el cómo lo consiguen. Pero como dice nuestro refrán, para gustos, los colores, y para colores, las flores...


Continuamos dando un pasito muy cutre en una pequeña calesa conducida por una joven vietnamita, a través de la pequeña población de Ben Tre.






















Finalizamos dando un paseo por un sendero acondicionado para los turistas, perteneciente a una iglesia budista, en el que entre la vegetación podíamos divisar unas curiosas tumbas, diseminadas al azar sin aparente orden alguno.


Al final del camino, llegábamos nuevamente al río, a donde nuestro bote se había desplazado y nos estaba esperando, para recogernos y llevarnos hasta un restaurante local, donde tomaríamos el almuerzo.

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