Hacia el Delta del Mekong. (1ª parte)

Temprano, en la mañana, salimos caminando hacia la calle, la misma a la que habíamos llegado la primera noche, en donde la agencia a la que le compramos la excursión por el Delta del Mekong, nos dijo que deberíamos estar, para tomar el microbús que nos conduciría hasta allí.

Después de un rato de espera, fueron llegando unas cuantas parejas de extranjeros, de los que algunos serían compañeros de excursión. Como siempre, tuvimos que salir corriendo, detrás del hombrecillo de turno, que a toda velocidad, nos condujo hasta el microbús, que ya nos esperaba.

Éramos en total, una pareja "sesentona" de Checoslovaquia, una de jóvenes madrileños, otra compuesta por un inglés y una australiana, y por último una familia de chinos, con uno de ellos, bastante desinquieto.

La familia china y la pareja anglo-australiana, fueron los que nos acompañarían los dos días completos.

Como siempre, lo que nunca se ve de los viajes, es la "paliza" que nos dieron, de unas cinco horas de bus, con varias paradas en los "garitos" de carretera, que con la excusa de bajar a hacer "pis", son para intentar vender las típicas chucherías a los turistas, hasta que por fin llegamos a la ciudad de donde comenzó nuestra excursión por los vericuetos del Delta del Mekong, My tho.

Allí, rápidamente, sin tiempo a curiosear nada, nos metieron en un bote para "guiris", y salimos surcando las aguas del río de los nueve dragones, el Mekong para hacer el típico circuito fluvial que ofrece a los turistas, con paradas en los puntos, de los que ya habíamos leído en nuestras guías de viaje.

La primera impresión, no fue del todo impactante, pues lo único que se puede contemplar desde el río, es, aparte del color tierra del agua, a una gran multitud de barcos arrastrando arena y otras mercancías, pero pronto mejoraría.